Desde hace algunos años se ha observado un claro auge en el sector dental, concretamente en la proliferación de clínicas dentales, que constituyen una forma de negocio. Tiempo atrás solamente eran los odontólogos quienes abrían las clínicas dentales, algo que en la actualidad ha cambiado. Dado que se ha demostrado que las clínicas dentales suponen una forma de inversión, no es infrecuente que personas que no han estudiado la carrera de odontología abran una clínica, ya que legalmente es posible
Por supuesto esto no implica que quien pone en marcha este negocio vaya a ejercer en él la odontología, sino que se trata de una acción de emprendeduría con una serie de particularidades, como en cualquier otro negocio. Que funcione o no, dependerá de las aptitudes de la persona que lo emprenda, aunque si se trata de alguien que conoce el sector, como por ejemplo, un higienista dental, siempre le resultará más fácil detectar las necesidades del mercado. Así es que el paso previo será establecer un plan de negocio, o sea, establecer una serie de objetivos que marquen la línea a seguir para que la clínica dental tenga éxito. 

Los requisitos

La legislación española admite que cualquier persona, independientemente de su profesión, pueda ser propietaria de una clínica dental, pero sí exige que en la dirección médica de la clínica sea ejercida por un odontólogo. Si el propietario no lo es, habrá que definir bien los roles, lo que implica que el odontólogo será el responsable sanitario de la clínica y deberá estar colegiado para poder ejercer profesionalmente en España. Por su parte, el propietario del centro será responsable de la gerencia y aspectos administrativos, como la compra o alquiler del inmueble, la contratación de personal y proveedores, la facturación y las actividades de marketing
Para abrir la clínica dental, inicialmente habrá que darse de alta ante el Colegio Profesional, mediante una notificación por escrito. Igualmente habrá de constituirse una sociedad ante Notario, y realizar la inscripción en el Registro Mercantil. A ello habrá que sumarle la solicitud de Alta Censal o bien la obtención del CIF ante la Agencia Tributara. Por lo que a la Seguridad Social se refiere, hay que cursar el alta como autónomo en el caso de ser un profesional independiente. Si se es empleador, hay que tramitar una solicitud de Cuenta de Cotización por contratación de personal asalariado.El paso siguiente son los trámites en los que participan los ayuntamientos o gobiernos autonómicos. 
Dependiendo de la ciudad o zona donde se pretenda abrir la clínica dental, los requisitos de apertura pueden variar, y son demasiado extensos como para aparecer todos en un artículo. De todos modos sí pueden resumirse los más fundamentales, que se clasificarían en tres licencias:

Licencia de actividades

Paso previo que se solicitará al Ayuntamiento correspondiente, cuya concesión permitirá emprender el resto de acciones para las que será necesario disponer de este permiso.

Licencia urbanística

Es imprescindible que el edificio que albergue la clínica cumpla los requerimientos determinados por el ayuntamiento del la localidad, ofreciendo todas los permisos de viabilidad.

Licencia de funcionamiento de clínica dental

En este caso habrá que acudir a Consejería de Sanidad, lo que significa que su obtención es demora algo más que los permisos concedidos por el ayuntamiento, pero es imprescindible como las anteriores.
Dependiendo del municipio, el Ayuntamiento del mismo también puede exigir que la clínica cuente con una estructura concreta, como por ejemplo, zonas diferenciadas para la espera, la asistencia, las instalaciones y los servicios generales. Cuando se da el caso, y dado que se trata de ejercer la práctica médica, estos espacios deberán cumplir con la normativa municipal en cuanto a medidas de esterilización de refiere, así como contar con los medios de accesibilidad adecuados y un equipamiento específico. 

Materiales y  mobiliario para la clínica

Una vez superados todos los pasos preliminares, llega el momento  de abastecer la clínica para poder trabajar en ella. El equipo odontológico cobra un especial protagonismo, ya que de él depende que el dentista realice sus funciones. El equipamiento principal consta de los siguientes elementos base: 

  • Sillón odontológico reclinable con iluminación.
  • Sistema de aspiración quirúrgico y escupidera con agua sanitaria y todos sus accesorios.
  • Lavamanos de porcelana o acero inoxidable, con suministro de agua sanitaria. 
  • Instrumental manual en cantidad suficiente para garantizar que pueda usarse con cada paciente material esterilizado.

También hay que tener en cuenta que las clínicas dentales están obligadas a contar con la medicación y equipación necesarias que les permitan hacer frente a complicaciones o emergencias cardiorespiratorias que pueda sufrir algún paciente durante el tratamiento. 
Al equipamiento principal de la zona de asistencia habrá que sumarle el resto del mobiliario de la clínica dentral, que por supuesto incluirá la sala de espera y recepción. En la actualidad la decoración minimalista es la que prima en las clínicas dentales, creando un ambiente sereno y cómodo que facilite tanto la visita del paciente como el trabajo de los profesionales.